Mi Ranking de pecados capitales

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lunes, 28 de abril de 2008

DE LO QUE ES EL MUNDO, Y UN POCO DE LA POCO CORDIAL RELACIÓN QUE TENGO CON ÉL

Hablo desde ésta irritación que siento. De un mundo que me aterroriza y me entristece. De la contradicción que se plantea mi existencia, cuando, en momentos diferentes, puede querer morirse mañana o vivir por siempre. Algunos sentimientos se desvanecen, camino con sonrisa que si bien no es fingida tampoco revela todo lo que se está cocinando adentro. Me deleito con belleza que no puedo tocar. Juego con las palabras, construyo frases que nunca pensé y sigo adelante. En una imagen mental amontono todo el mundo – siento que esto ya lo escribí antes. Vuelvo a lo que está delante de mí y veo caras nuevas, y en ellas la belleza pero también una suerte de abandono, una idea de degradación. Tal vez es que mi alma se corroe más, al enfrentarse al eterno retorno de los conceptos, a la guerra ideológica. Los días se reinventan pero repiten muchas cosas y yo no soy el mismo. Soy más fuerte y caigo menos en el desahucio. Toco la música que me inspira y tomó aliento de nuevo.

Me mueve el mero impulso de saber que estar vivo es todo cuanto puedo hacer. Que mis procesos mentales son el patrimonio más grande que puedo poseer. Que siempre voy a estar para recordarme que el conflicto del mundo aparece reproducido hasta en la cosa más pequeñita. ‘’ No quiero ser secuestrado, no quiero ser abaleado, no quiero me destrocen el corazón ‘’, miedos todo el tiempo. De nuevo tengo la sensación clásica, estar a punto de vomitar el corazón. Más controlable ahora, incluso comunicable. El mundo no se ha hecho menos agresivo; yo sí más preparado. Más años encima, más palabras e imágenes, caminos aprendidos, mentiras fácilmente reconocibles y unos huesos más cansados.

Este es el mundo, y la sociedad, del autoengaño. Se sabe que se vive para morir, pero no se llora por eso, ni por saber que el amor, aparte de no ser eterno, corre el peligro de que se declare su inexistencia. El espectáculo barato llama la atención de la mayoría. Y se extiende por múltiples vías. El pueblo se desangra. El dinero enloquece. Nos llena de odio una cosa y la otra. Se destruye el planeta y se acaba el agua limpia, pero no se detiene la fabricación de artículos de novedad dando la impresión de que el futuro será brillante y duradero. La música es la música y sólo importa como tal; me meto por el culo lo sensible al tacto, el iPhone y la TV Digital; la tecnología me apasiona y a la vez me enferma, y mientas sigamos avanzando va ocurrir más lo segundo. Soy de la clase obrera y qué. Mis padres no hicieron ni el bachillerato, y no soy la bestia atolondrada malhablada y manipulable que los ricos pretenden que sea. Esa clase trabajadora que por una miseria lleva al cuerpo a los extremos del esfuerzo. Pero no soy ese. En esfuerzo físico soy una vergüenza para cualquiera de esos negros tenaces que bultean todo el puto día sin pensar en que bien podrían suicidarse o iniciar una revolución para luchar por todo eso que les negaron. Dios puso en su continente de donde provienen sus ancestros una que otra maravilla natural pero ellos nunca la podrán ver y no lloran por eso. Qué basura de mundo, donde a unos se les condena a pasar años tras años moviéndose en un espacio de tierra infinitamente reducido en comparación con la inmensidad del planeta.

Me vomito en la moda, la etiqueta y el glamour. Lo que venden como correcto en términos estilísticos me tiene sin cuidado. No me gusta la gente, pero sufro cuando la matan sin razón. También cuando las humillaciones y la segregación ayudan a perpetuar esta maldita cadena de odio que cubre al planeta. Veo un mundo en el que las inequidades parecen insalvables. Donde me jodo la cabeza pensando en cochinos pesos. Donde el amor está condicionado, el engaño no se detiene y el peligro acecha en cada esquina. Yo no me muero de hambre ni lo haré. Pero una de las cosas más valiosas que tiene el hombre, y que no debería perderse del todo, es la capacidad de ponerse en los zapatos de otros. Yo no puedo hacer para nada para ayudar, y por ahora ayudarme a mí mismo es algo que en cierta forma me excede. Me percibo con una considerable porción de egoísmo. Pero no doy nada por sentado, cuestiono todo el tiempo, reelaboro mis ideas, y si es necesario que pida perdón por juicios apresurados y por sentimientos viles lo haré, si mi conciencia así lo dicta, con total honestidad y humildad. Lo único que puedo es seguir mirando a los lados, atrás y adelante, buscando explicaciones cada vez más precisas de qué es todo esto.

1 comentario:

lèvres Rouges dijo...

Mmm…
Señorito
Se, que ha pasado mucho desde la ultima vez que cruzamos palabra, esa vez dije que entraría a este tu blog y dejaría comentarios. Bien nunca es tarde ^^
Me parece muy interesante todo lo que decís en este pedazo de blog y hay muchas cosas que comparto y otras que simplemente respeto jejeje
UD sabe que me gusta leer lo que escribe, aunque las circunstancias digan lo contrario, pero no andaba muy animada.

señor mounstrico lo quiero y espero este bien :)